La Importancia del Sueño en Nuestra Evolución Biológica Matthew Walker
22/11/2024 · Actualizado: 29/05/2025

- Dormir: esa extraña necesidad que la evolución no se atrevió a eliminar
- Dormir para pensar mejor: un superpoder infravalorado
- Creatividad onírica: ¿ideas frescas desde la almohada?
- Dormir para no enfermarse (así de literal)
- Ritmos circadianos: el reloj biológico que no perdona
- El sueño en la historia: no siempre dormimos igual
- El REM y la evolución de nuestras neuronas
- Estrés y sueño: enemigos íntimos
- Tips reales para dormir mejor (sin apps mágicas)
- Preguntas frecuentes (porque sabemos que no todo quedó claro)
- Conclusión: el sueño es más que descanso, es evolución en acción
Dormir: esa extraña necesidad que la evolución no se atrevió a eliminar
Dormir es —a simple vista— una actividad pasiva. Pero no te engañes: algo tan universal y persistente no puede ser insignificante. De hecho, hasta los organismos más básicos dedican parte de su tiempo a un estado en el que están, literalmente, indefensos. ¿Curioso, no?
Es como si la evolución, tan eficiente para eliminar lo inútil, hubiera hecho una reverencia silenciosa ante el sueño. Flipando.
Lo que Matthew Walker (sí, él otra vez) nos está gritando desde su laboratorio
Matthew Walker no vino a jugar. Este neurocientífico británico (y autor del libro “Why We Sleep”) lleva años diciéndonos lo mismo con distintas palabras: dormir no es opcional, es vital. Y no lo dice por gusto, vaya, sino porque hay estudios, gráficos y... cerebros.
Walker insiste en que si dedicamos un tercio de nuestras vidas a dormir (o a intentar hacerlo), es porque algo muy potente ocurre mientras soñamos con volcanes o con ex. Y si no ocurre, pues el cuerpo pasa factura. Literalmente.

Privarte del sueño es como quitarle aceite al motor: primero fallan los detalles (la memoria, por ejemplo), luego vienen los ruidos raros (emociones intensas, decisiones impulsivas) y finalmente... se funde el motor.
¡Ufff! ¿Y todo por querer ver un capítulo más en Netflix? Cuestionable decisión, sinceramente.
¿Por qué dormimos? Una pregunta con más respuestas de las que caben en una almohada
El sueño ha sido observado por científicos, filósofos, y probablemente también por algún gato muy pensativo. ¿Tiene sentido perder horas activas solo para descansar? Aparentemente sí.
Teoría de la Restauración: El cuerpo, cual taller mecánico nocturno, se regenera mientras duermes. Se eliminan toxinas cerebrales (algo así como sacar la basura del pensamiento) y se reparan tejidos. Bonito, ¿no?

Teoría de la Consolidación de la Memoria: Aquí el sueño actúa como un bibliotecario invisible. Durante el REM, tus recuerdos se ordenan, las ideas se conectan y, a veces, surgen combinaciones geniales (como esa vez que soñaste una solución para tu tesis, que luego olvidaste, claro).
Ahora bien, no solo los científicos han filosofado sobre esto. Los griegos antiguos, por ejemplo, creían que los sueños eran correos divinos. De esos que no se van a spam.
Sueño y supervivencia: no es solo descanso, es estrategia biológica
Dormir no es una pausa, es una maniobra. Los animales han desarrollado rutinas de sueño que les permiten sobrevivir sin convertirse en comida ajena. Interesante, ¿verdad?
Economía de energía: Al dormir, el cuerpo baja las revoluciones. Menos movimiento, menos calor, menos gasto. Ideal cuando escasea la comida.

Sueño adaptado al entorno: Murciélagos que descansan de día, felinos que cazan de noche. Cada especie encontró su horario ideal, y nosotros… bueno, nosotros peleamos con el despertador.
Y mientras tanto, en el cerebro humano, el REM parece haber hecho de las suyas. Se cree que este tipo de sueño ayudó a desarrollar la empatía, el lenguaje y la habilidad de trabajar en equipo (o al menos intentarlo en reuniones por Zoom).
Esto me recuerda a cuando intenté dormir en una reunión de trabajo... bueno, da igual.
Dormir para pensar mejor: un superpoder infravalorado
¿Nunca resolviste un problema después de dormir? Eso no es magia. Es ciencia (y un poquito de milagro).
Sueño y memoria: lo que estudias se guarda... si duermes
Dormir luego de estudiar no es perder tiempo, es maximizarlo. Varias investigaciones muestran que quienes duermen después de repasar un tema lo recuerdan mejor. No es truco, es estrategia.
Sueño emocional: ese terapeuta silencioso
Durante el sueño, las emociones se organizan. Algo así como cuando ordenas tu habitación después de semanas de caos. Si no duermes bien, la ansiedad sube, la tolerancia baja y la vida se vuelve... cómo decirlo... complicada.
¿El cerebro duerme? Sí. ¿Descansa? No tanto.
Creatividad onírica: ¿ideas frescas desde la almohada?
Lo creas o no, muchas ideas brillantes nacieron mientras alguien roncaba. Paul McCartney soñó con la melodía de "Yesterday". Kekulé visualizó la estructura del benceno durmiendo. ¿Casualidad?
La fase REM conecta conceptos que en vigilia parecerían absurdos. Como combinar una tostadora con un dron. O escribir poesía mientras cocinas arroz.
¿Si? Más bien... genialidad disfrazada de sueño.

Dormir para no enfermarse (así de literal)
Durante el sueño profundo se producen citocinas, proteínas que luchan contra infecciones. Dormir mal equivale a quitarle soldados a tu sistema inmune.
¿Menos de 6 horas por noche? Según estudios, eso puede triplicar el riesgo de resfriados. Y ojo, que no es lo único: hipertensión, diabetes, obesidad... la lista es larga y fea.
Y pensar que antes bastaba con unas guías telefónicas impresas y un poco de sentido común para saber que “descansar” era sinónimo de salud. ¡Qué tiempos aquellos!
Ritmos circadianos: el reloj biológico que no perdona
Tu cuerpo tiene un ritmo. Literal. Ese ritmo —llamado ciclo circadiano— responde principalmente a la luz. Cuando cae la noche, la melatonina sube y te da sueño. Pero si miras tu móvil a oscuras, estás hackeando tu propio sistema.
Melatonina: Protagonista invisible del sueño. Se activa con la oscuridad, se apaga con la luz azul de pantallas. Y tú ahí, viendo TikToks a las 2 AM. Ay, madre.
Ciclos alterados: Trabajar de noche, viajar entre husos horarios, o vivir bajo luces LED todo el día, desconfigura tu sueño. Resultado: fatiga, irritabilidad, y esa sensación de que el tiempo no alcanza. Que no es mentira.
El sueño en la historia: no siempre dormimos igual
Dormir de un tirón toda la noche es una invención moderna. En el pasado, muchas culturas practicaban el “sueño bifásico”: dos bloques con una pausa en medio para rezar, charlar o... quién sabe qué más.
Con la Revolución Industrial llegaron los turnos, el ruido, la cafeína y la luz artificial. Adiós, sueño natural. Hola, insomnio social.
El verde eléctrico de los campos después de la lluvia es más saludable que cualquier oficina. Pero aquí estamos, detrás de pantallas.
El REM y la evolución de nuestras neuronas
Walker afirma que el sueño REM ayudó a desarrollar el lenguaje, la creatividad y la inteligencia social. Vamos, que sin soñar, seguiríamos gruñendo en cavernas.
Comparado con otros animales, nuestro REM es más largo, más profundo, más... humano. Lo cual también significa que necesitamos protegerlo.
Y no, no basta con “dormir un ratito”. Hay que llegar al fondo del sueño. Al núcleo del REM.
Estrés y sueño: enemigos íntimos
Estás estresado → no duermes. No duermes → te estresas más. Y así, en bucle.
¿Soluciones?
- Meditación.
- Ejercicio moderado.
- Rutinas nocturnas relajantes.
Y si puedes evitar leer emails antes de dormir, mejor. (Spoiler: nadie ha resuelto una crisis laboral a las 23:47).
Tips reales para dormir mejor (sin apps mágicas)
- Establece un horario fijo.
- Apaga pantallas al menos 1 hora antes de dormir.
- Evita cafeína después del mediodía.
- Crea una cueva de descanso: oscura, fresca y silenciosa.
- Escribe en un diario. Practicar la gratitud antes de dormir puede ayudarte más de lo que crees. ¿No te lo esperabas, eh?

Preguntas frecuentes (porque sabemos que no todo quedó claro)
¿Por qué soñamos?
No lo sabemos con certeza, pero ayuda a procesar emociones, crear recuerdos y hacer conexiones creativas.
¿Cuántas horas necesitamos?
Entre 7 y 9, en promedio. Aunque si duermes 10 y aún estás cansado... algo no va bien.
¿El sueño previene enfermedades?
Sí. Fortalece el sistema inmunológico y reduce el riesgo de dolencias crónicas.
¿Qué es el insomnio?
Problemas para conciliar o mantener el sueño. El estrés es un culpable frecuente. Pero no el único.
¿Dormir mucho es malo?
Si pasas de 9-10 horas cada día, mejor revisa si hay causas ocultas.
¿El sueño mejora la memoria?
Claramente. Especialmente el REM. Ya lo sabías. Pero ahora lo sientes.
Conclusión: el sueño es más que descanso, es evolución en acción
Dormir no es rendirse al cansancio: es abrazar un proceso que nos moldeó como especie. Desde los ancestros que soñaban bajo las estrellas hasta los científicos que exploran neuronas dormidas, todos intuimos que hay poder en el descanso.
Como dijo Walker, dormir es tan vital como respirar. Entonces… ¿por qué seguimos postergándolo?
Prioriza tu sueño. No porque lo diga un artículo, sino porque tu cuerpo —y tu mente— lo están pidiendo a gritos. A veces en forma de bostezo. A veces en forma de sueños sin sentido que, quién sabe, podrían cambiarte la vida.
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